No te hagas responsable de las deudas de otra persona, ni te comprometas por otros, pues si no tienes para pagar, hasta la cama en que duermes te quitarán.
Proverbios 22:26-27 NBD
Realmente es de bendición poder ayudar a las personas que pasan por diversos problemas, ¿verdad? Pero deja de serlo cuándo ellas buscan ser dependientes de nuestra bondad y terminan por perjudicarnos. Una de las enseñanzas más comunes es «socorrer al afligido en tiempos de angustia» pero debe ser así siempre y cuando no sea a costa de nuestro propio bienestar.
Tratando de entender el ejemplo del pasaje imaginé una historia muy interesante:
Dos ancianos que eran hermanos vivían juntos en la casa sobre colina cerca de la villa, eran comerciantes, y tenían sus respectivas tiendas en la plaza principal, el mayor de alhajas y bagatelas y el menor de trueques y préstamos. Un día el primogénito fue a buscar a su hermano para pedirle ayuda, pretendía adquirir jarrones y vasijas hechas por el artesano del pueblo vecino pero no tenía animales ni plata para conseguirlos; éste viendo la tristeza en sus ojos decidió comprometerse y asistirlo en lo que fuera necesario. Durante varios meses éste hombre auxilió a su hermano de diferentes formas, a tal punto que luego de un tiempo tuvo que cerrar su tienda al entrar en diferentes deudas.
Una tarde tres recaudadores se presentaron en la casa, fueron a exigirle que dé tributo al rey pero éste se excusó y respondió que no poseía nada de valor, estos se enfurecieron y le dieron a elegir si prefería entregar las escrituras de su casa o perecer en el calabozo, sin dudarlo cerró la puerta y entregándoles las llaves fue a vivir al bosque, nunca más supo de su hermano, tal vez porque no tuvo el valor para enmendar sus errores o porque el temor y la vergüenza lo aterraban.
Los excesos son parte de nuestra vida, siempre que podemos buscamos poseer más, nunca es suficiente y creemos que eso está bien. Dios no solamente nos enseña con éste artículo que la bondad tiene un límite sino que es importante de igual manera no abusar o aprovecharse del resto si es bondadoso con nosotros.
Dichos de los Sabios (3 de 30)