Lección N° 2

“Nuestra lucha no es principalmente contra sangre y carne, sino contra entes espirituales»

Por mucho tiempo se los ha engañado a los cristianos haciéndoles creer que su lucha se sitúa en el plano espiritual meramente, que deben orar para «solucionar sus problemas»; pero déjame decirte que esa es una mentira, no todo se soluciona orando.

Para todo esto hay una explicación coherente.

Hay un principio que Dios no puede obviar cuándo acciona. Estoy hablando sobre el libre albedrío. Según algunos teóricos, todos los humanos tenemos libre albedrío, eso significa que Dios no nos puede obligar a hacer su voluntad, nosotros somos responsables de nuestras decisiones futuras porque somos quiénes elegimos. Así que, todas las oraciones hechas a Él para cambiar algo en contra de la voluntad de una persona no tienen efecto algunos y es incorrecta.

Ahora bien, sabiendo esto podemos afirmar que los políticos y todas las personas que ejercen su poder sobre las personas y las oprimen van a seguir haciéndolo, Dios no los va a detener (principio del libre albedrío). Es por esto que nosotros debemos hacerlo.

Algunos ahora se preguntarán:
¿Entonces para qué debemos orar?.

La práctica de la oración debe ser utilizada principalmente para intercomunicarse con Dios. Luego para pedir su favor y bendiciones, según su voluntad, sobre uno mismo y la familia. Por último, para interceder por los demás cristianos, y así obtengan el favor de Dios y sus bendiciones, según su voluntad.

Lección N°1

“Enseñar a los demás a armarse mutuamente no te hace exento”.

Escuché a muchos en la iglesia cristiana hablar sobre el amor hacia Dios, entre ellos y hacia su prójimo, pero me da la impresión de que no cumplen aquello que profesan, en realidad sólo lo enseñan, pues algunos pocos pretenden cumplirlo y el resto sólo lo sabe, lo evita o lo disimula.
Lo sé muy bien porque formé parte de una iglesia por un largo tiempo, y en esos años pude examinar por completo de qué se trataba el cristianismo y cuales eran sus bases.

Recuerdo una vez encontrarme a una mujer que asistía a esa iglesia, escuchar atentamente los problemas de su hijo y sorprenderme al saber como, aquellos que decían ser sus hermanos en Cristo, la dejaron sola cuando más necesitaba que la apoyaran.
También recuerdo haberme ausentado por un mes y darme cuenta que ninguno, salvo dos o tres, se interesaron en saber como me encontraba, si tenía algún problema o si estaba pasando alguna crisis personal. Sólo después de haber vuelto comenzaban a preguntarme, ya por curiosidad que por importancia, y otros me miraban con desdén.

No sé que pensarán pero el amor que Jesús enseñaba no se basaba en el egoísmo, tampoco en los provechos y beneficios, ni siquiera en su propio bienestar sino en una entrega completa de su ser como una causa justa que cumplir y llevar a cabo.

Todo esto tiene una raíz, un principio. Y ése es la mentalidad capitalista que, desde nuestra formación inicial, no solo los establecimientos de educación sino nuestro entorno social y familiar nos fueron inculcando. Esto no se trata de política, esta es una realidad. Nos preparan ideológicamente para ser mezquinos y envidiosos sabiendo deliberadamente que eso no es bueno. Lo usan para destruir el legado de Dios entre los cristianos, para separarlos y así destruirlos.

¿Qué clase de persona sería si les dijera que todo se va a arreglar si nos amamos?
Es una mentira. Todo se va a arreglar cuando tomemos la decisión de rechazar las influencias satánicas y en verdad cambiemos nuestra mentalidad. Cuando realmente nos importe seguir los pasos de Jesús y no ser un estereotipo de lo que antes había. No podemos vender ilusiones y soluciones falsas para dejar a las personas tranquilas, tampoco dar respuestas incompletas o erradas para tranquilizar a los escandalizados. Se debe pelear contra todo aquello que está en contra, no evitarlo y no huir como se tiene por costumbre.

Uno mejor que el otro

No es una novedad, la sociedad constantemente es y ha sido influenciada por diferentes pensadores y científicos, quizás políticos y también celebridades; tratando de formar en el individuo una clase de conocimientos mutuo (general), llamado sentido común, con el fin de unificar el razonamiento social y controlarlo por medio del conocimiento. Analicemos como un ejemplo el principio de la superioridad.

Éste explica que la sociedad siempre será ordenada como una pirámide a partir de la superioridad que cada miembro demuestre y exponga en comparación a otros, ubicando así a cada hombre y mujer destacado en alguna disciplina o cualidad en la cima, y colocando de orden decreciente a quiénes en mayor y menor medida los igualen.

Esto explica esa tendencia social de buscar entre grupos de interacción a aquellos denominados «mejores que otros». No importa dónde estemos o lo que hagamos, de igual manera seremos parte de tal competencia ya sea directamente, participando de tales selecciones, como indirectamente, aceptándolo como natural.

¿Cómo es posible que nos parezca natural algo que fue implantado para causar divisiones? Todavía no lo entiendo, pero todo se remite a las ideas filosóficas desarrolladas en tiempos antiguos para crear una separación entre unos y otros. En quella época la cantidad de bienes que poseía una persona determinaba la importancia social de esta, el prestigio, el honor, el respeto y el grupo al que pertenecía. En la actualidad sucede lo mismo, con la diferencia de haber empeorado y haberse vuelto un estigma social. Por el simple hecho de vestirnos de determinada forma las personas automáticamente nos clasificarán, tratarán con nosotros de una manera específica y seremos menos o más importantes. Y si los estratos económicos no fuesen suficiente, de las primeras divisiones saldrán otras más.

¿Cuál es el fin de tal principio de superioridad?
1° Demostrar que siempre habrá alguien mejor que nosotros, que nunca acabará este círculo vicioso de reconocimiento público y discriminación a causa de la inferioridad de condiciones, aunque nos esforcemos por desprendernos de ella o subir de categoría.
2° Demostrar que las personas son fácilmente manipulables no importando la capacidad intelectual de ellas. Ya que no importa el tiempo que tarde siempre van a ceder ante los pretenciosos que buscan controlarnos a su antojo.

Indolencia

— Proverbios 23:19‭-‬21 NVI

“Hijo mío, presta atención y sé sabio; mantén tu corazón en el camino recto. No te juntes con los que beben mucho vino, ni con los que se hartan de carne, pues borrachos y glotones, por su indolencia, acaban harapientos y en la pobreza”.

Este dicho me hace recordar al refrán «dime con quién andas y te diré quién eres». ¿Por qué? Porque andar con las personas incorrectas no es estar con ellas, sino que andar es conducirse por el mismo camino.

A Jesús constantemente lo veían con pecadores, pero eso no significaba que era uno de ellos. En una ocasión, mientras Él y sus discípulos se encontraban comiendo en la casa de Zaqueo, los fariseos buscaron confrontarlos por sentarse a la mesa con tales personas, pero Él les contestó: los sanos no tienen necesidad de doctor, pero si los enfermos.
En conclusión, existen dos motivos por los cuáles uno se puede acercar a tales personas: para predicar de Cristo y pretender reconciliarlos con Dios ó para involucrarse con ellos y andar por la misma senda.
¿Qué estamos haciendo nosotros?

Dejame decirte que todos los que eligen seguir cultivando su amistad con tales personas necesitan fortalecerse en el Señor y estar firmes en sus convicciones porque están expuestos, tanto intelectual como espiritualmente, y si no toman precauciones empezarán a debilitarse, esto significa que de a poco perderán la fe en Jesús por las excusas y las acusaciones en contra de la iglesia, sus doctrinas y la autoridad del Señor. Lo que trato de explicar es que no se trata de una habilidad innata exclusiva de unos pocos sino de la capacidad desarrollada durante mucho tiempo la que se aplica en tales casos.
Muchos dicen «no es para tanto» o «ya estoy preparado», pero antes dejame preguntarte ¿Andarás o estarás con ellos?

La palabra que elegí destacar en este artículo es «indolencia». Indolencia significa falta de voluntad, falta de esfuerzo para realizar una acción. Según los sabios que escribieron este dicho, aquéllos que prefieren ignorar los estatutos de Dios y se dan a la bebida o a la glotonería son indolentes, no les importa permanecer en tales condiciones, las adicciones dominan su vida y los frecuentes excesos determinan su futuro. La razón por la que esto sucede es porque ellos son atormentados por espíritus malignos. A través de las pasiones descontroladas de su corazón, Satanás puede oprimirlos y hacerlos sus esclavos.
Lo mismo ocurrirá con todos los que no mantengan su corazón en el camino recto, si no estamos preparados para tratar con tales relaciones es mejor evitarlas por un tiempo, no sea que por las influencias o las preferencias nuestro enemigo nos engañe y nos aleje del Señor.

Dichos de los Sabios (15 de 30)

Honrar

—Proverbios 23:22‭-‬25 PDT

“Escucha lo que te dice tu papá, que te engendró; respeta a tu mamá, aun cuando esté anciana. Vale la pena invertir para obtener la verdad, la sabiduría, el aprendizaje y el entendimiento; invierte en ellos y no los vendas. El papá del justo se llena de felicidad, y el que tiene un hijo sabio se alegrará con él. Entonces haz felices a tu papá y tu mamá; ¡que se llene de alegría la que te dio a luz!”

La mayoría de nosotros sabemos cuál es el primer mandamiento de Dios, ya sea porque en nuestra juventud nos lo han recordado en incontables ocasiones o porque en algún momento fue nuestro deber aconsejar a ciertas personas acerca de tal mandato con promesa para que Dios intervenga y pueda restaurar la unión de su familia. Pero ¿alguna vez se han preguntado qué es honrar a nuestros padres?
La palabra «honrar» tiene dos significados complementarios: tener en alta estima a una persona al valorarla (respetarla) y galardonarla dándole honor a través de nuestros hechos. Si leemos de nuevo el dicho que nos compete, veremos que concuerda a la perfección con tales significados.

Quizás creamos que lo más difícil sea respetarlos cuándo resolvemos honrarlos, pero estamos en un error. El primer paso es valorarlos (respeto) y el segundo darles honor, aquel en el cual debemos perseverar a través del tiempo para cumplirlo.
Según los sabios que escribieron esta porción de Proverbios, no hay mejor honor para un padre que tener un hijo sabio en el cuál poderse alegrar, por el cuál pueda estar feliz al convencerse de que todo el esfuerzo y la dedicación invertida no fue en vano. Sabiendo esto, nosotros ¿cómo podemos llegar a ser tales hijos?

Invirtiendo nuestra vida para obtener la verdad, la sabiduría, el aprendizaje y el entendimiento.
Actualmente, Dios no nos impone honrarlos, es verdad que si lo hacemos seremos bendecidos o si no lo hacemos tendremos graves consecuencias, pero eso depende de cuánto amor tengamos por ellos y no lo que podamos ganar a cambio. ¿Los amamos? Entonces los honraremos y no pondremos condiciones, simplemente será la consecuencia de nuestro amor.

Dichos de los Sabios (16 de 30)

Esperanza

“No sientas envidia de los perversos y haz todo lo posible por respetar al SEÑOR. Siempre hay esperanza; la esperanza nunca se acaba”.
Proverbios 23:17‭-‬18 PDT

“¿No se han comparado alguna vez con el resto del mundo? Posiblemente, éste quizás parezca mejor, con sus excentricidades y sus lujos, sus placeres y sus experiencias pero tarde o temprano todo eso se acaba y la realidad es totalmente diferente”.

No hace mucho, en el reinado de Salomón sobre Israel, surgió un gran dilema, y fue tan debatido el tema que, al momento de escribirse los Dichos de los Sabios para edificación del pueblo, fue incluido siendo así una de sus principales exhortaciones.
¿De qué estoy hablando? Estoy hablando de la envidia. No importando en qué contexto se dé, constantemente la envidia es la segunda causa por la que los israelitas entran en conflicto, incluso en el ámbito familiar.

En la primera parte de este dicho el autor o los autores están hablando sobre la envidia y nos enseñan que el pueblo de Dios en aquel entonces envidiaba la vida de los pecadores. ¿Es de sorprenderse? De ninguna manera. Actualmente, nosotros también envidiamos la vida de estos y buscamos ser semejantes a ellos. ¿Qué pueden tener de especial para atraer la atención de los habitantes de Israel o para hacernos desear tanto lo que poseen? Tienen una vida que gira en torno al pecado.

En la segunda y ultima parte del dicho se exhorta a respetar al Señor porque siempre hay esperanza y ésta nunca se acaba. ¿Qué significará todo eso? Significa que todo aquel que respete a Dios y ponga su esperanza en Él obtendrá lo que busca, siempre y cuándo sea conforme a su voluntad, sin tener que recurrir al sistema de un mundo corrompido por el diablo.

No hay que dejarnos engañar por esos filósofos que pretenden confundir aún más a los hijos de Dios convenciendo a muchos para adoptar modas o tendencias extravagantes en las iglesias para «modernizarlas»; tampoco debemos seguir el ejemplo de esos que pervierten la sana doctrina mezclando diversas enseñanzas satánicas con la Palabra de Dios.

Nosotros no necesitamos ser más como ellos, ellos necesitan ser más como nosotros. Los que deberían avergonzarse no somos nosotros sino ellos. ¿Cuándo será más importante cumplir los deseos del hombre que glorificar al Creador del mundo y todo lo que existe? Nunca.

Dicho de los Sabios (14 de 30)

Dichos de los Sabios: énfasis de un escritor

Cuándo empecé a escribir sobre estos 30 dichos, encontrados en el libro de Proverbios, sabía en cierta medida lo que significaban para Israel en aquél tiempo y el valor que le daban.
Estoy seguro que en ése período de la historia las personas promedio no podían estudiar con tanto detenimiento, ya sea por falta de tiempo, falta de interés, falta de recursos o linaje familiar, la ley de Moisés como lo hacían algunos eruditos. Por eso imagino que el rey Salomón dio la orden de reunir a los hombres más sabios de cada tribu para dar lugar a la redacción de esta selección de instrucciones prácticas.

Uno de los tales exhorta diciendo «No cambien de lugar los linderos antiguos»; otro diciendo «No sientas envidia de los perversos», y cada uno era aplicado a la vida cotidiana. No eran mayores a la ley, sino que tomándola como referente pretendían que las personas se aproximen a ella, a los mandatos de Jehová y los respeten, no sólo para aparentar en la sinagoga sino para que sean puestos en práctica hasta en lo íntimo de sus hogares.

Aunque se hayan hecho hace más de 20 siglos, los hijos de Dios ahora pueden contar con ellos y aplicar la mayoría de estos a su vida. ¿No es eso fascinante?

Estoy trabajando en el dicho N° 14 actualmente y en verdad, luego de tanto tiempo de reflexión, puedo objetar que son de gran bendición para mí. Así que los animo a poder leer la segunda parte y ser edificados por la Palabra de Dios.

Corregir 2

“Cuando alcances la sabiduría, hijo mío, no habrá nadie más feliz que yo;  sentiré una profunda alegría al oírte hablar como es debido”
Proverbios 23:15-16 DHH

Hay ocasiones en las cuáles un padre piensa que sus hijos no lo quieren de la misma forma que éste a ellos. Esto es porque muchas veces no es suficiente darle abrazos o besos, ¿saben por qué? Porque ellos no esperan demostraciones de amor simplemente hechos de amor.

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