Lección N° 2

“Nuestra lucha no es principalmente contra sangre y carne, sino contra entes espirituales»

Por mucho tiempo se los ha engañado a los cristianos haciéndoles creer que su lucha se sitúa en el plano espiritual meramente, que deben orar para «solucionar sus problemas»; pero déjame decirte que esa es una mentira, no todo se soluciona orando.

Para todo esto hay una explicación coherente.

Hay un principio que Dios no puede obviar cuándo acciona. Estoy hablando sobre el libre albedrío. Según algunos teóricos, todos los humanos tenemos libre albedrío, eso significa que Dios no nos puede obligar a hacer su voluntad, nosotros somos responsables de nuestras decisiones futuras porque somos quiénes elegimos. Así que, todas las oraciones hechas a Él para cambiar algo en contra de la voluntad de una persona no tienen efecto algunos y es incorrecta.

Ahora bien, sabiendo esto podemos afirmar que los políticos y todas las personas que ejercen su poder sobre las personas y las oprimen van a seguir haciéndolo, Dios no los va a detener (principio del libre albedrío). Es por esto que nosotros debemos hacerlo.

Algunos ahora se preguntarán:
¿Entonces para qué debemos orar?.

La práctica de la oración debe ser utilizada principalmente para intercomunicarse con Dios. Luego para pedir su favor y bendiciones, según su voluntad, sobre uno mismo y la familia. Por último, para interceder por los demás cristianos, y así obtengan el favor de Dios y sus bendiciones, según su voluntad.

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