Indolencia

— Proverbios 23:19‭-‬21 NVI

“Hijo mío, presta atención y sé sabio; mantén tu corazón en el camino recto. No te juntes con los que beben mucho vino, ni con los que se hartan de carne, pues borrachos y glotones, por su indolencia, acaban harapientos y en la pobreza”.

Este dicho me hace recordar al refrán «dime con quién andas y te diré quién eres». ¿Por qué? Porque andar con las personas incorrectas no es estar con ellas, sino que andar es conducirse por el mismo camino.

A Jesús constantemente lo veían con pecadores, pero eso no significaba que era uno de ellos. En una ocasión, mientras Él y sus discípulos se encontraban comiendo en la casa de Zaqueo, los fariseos buscaron confrontarlos por sentarse a la mesa con tales personas, pero Él les contestó: los sanos no tienen necesidad de doctor, pero si los enfermos.
En conclusión, existen dos motivos por los cuáles uno se puede acercar a tales personas: para predicar de Cristo y pretender reconciliarlos con Dios ó para involucrarse con ellos y andar por la misma senda.
¿Qué estamos haciendo nosotros?

Dejame decirte que todos los que eligen seguir cultivando su amistad con tales personas necesitan fortalecerse en el Señor y estar firmes en sus convicciones porque están expuestos, tanto intelectual como espiritualmente, y si no toman precauciones empezarán a debilitarse, esto significa que de a poco perderán la fe en Jesús por las excusas y las acusaciones en contra de la iglesia, sus doctrinas y la autoridad del Señor. Lo que trato de explicar es que no se trata de una habilidad innata exclusiva de unos pocos sino de la capacidad desarrollada durante mucho tiempo la que se aplica en tales casos.
Muchos dicen «no es para tanto» o «ya estoy preparado», pero antes dejame preguntarte ¿Andarás o estarás con ellos?

La palabra que elegí destacar en este artículo es «indolencia». Indolencia significa falta de voluntad, falta de esfuerzo para realizar una acción. Según los sabios que escribieron este dicho, aquéllos que prefieren ignorar los estatutos de Dios y se dan a la bebida o a la glotonería son indolentes, no les importa permanecer en tales condiciones, las adicciones dominan su vida y los frecuentes excesos determinan su futuro. La razón por la que esto sucede es porque ellos son atormentados por espíritus malignos. A través de las pasiones descontroladas de su corazón, Satanás puede oprimirlos y hacerlos sus esclavos.
Lo mismo ocurrirá con todos los que no mantengan su corazón en el camino recto, si no estamos preparados para tratar con tales relaciones es mejor evitarlas por un tiempo, no sea que por las influencias o las preferencias nuestro enemigo nos engañe y nos aleje del Señor.

Dichos de los Sabios (15 de 30)

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